Su presentación en pocas palabras:
A sus 37 años, Anthony, originario de Aveyron, ya ha tenido varias vidas profesionales. Tiene un diploma profesional en juventud, educación popular y deporte, y trabaja en centros de ocio y escuelas. Al final de su contrato, tenía varios proyectos de reconversión profesional con el deseo de hacerse cargo de un negocio en su ciudad natal. Entonces se fijó en una tienda de vinos y licores en venta en Saint-Affrique.
Anthony entró en el negocio del vino en octubre de 2019, formándose durante tres meses junto al antiguo gerente. Rápidamente quiso aportar su toque personal realizando obras, en primer lugar para refrescar el local, pero también para duplicar la superficie de venta. El exterior también sufrió cambios con la creación de una terraza para ofrecer degustaciones.
El primer año tuvo que aprender el oficio y hacerse un nombre, aunque su arraigo en Aveyron y su implicación en las asociaciones deportivas aceleraron las cosas. Epicúreo, humano y atento a sus clientes, Anthony tiene una bodega que refleja su imagen.
Compartir la cultura del buen biberón y cultivar el lado del placer
Para él es importante conocer a los viticultores locales cuyos vinos vende. Para ello, se toma el tiempo de viajar por la región para visitarlos in situ y así mantener los vínculos que ha establecido con ellos. Hoy tiene más de 500 referencias de botellas. Hay para todos los gustos, ya que todos los terruños de Francia están al alcance de la mano. Anthony puede definirse como un mercader de la felicidad, haciendo la transición entre el viticultor, su terruño, su saber hacer y el consumidor.
Su esposa Elodie se unió a la aventura en 2021 y juntos lideran nuevos proyectos, como el desarrollo de la gama de vinos espirituosos, la propuesta de momentos animados por viticultores con degustación de vinos y productos locales.
Para fin de año, se hace hincapié en la creación de cestas gourmet adaptadas a los deseos y el presupuesto de los clientes. Los productos gastronómicos que se ofrecen proceden de asociaciones con productores locales.
Y para el futuro
Su visibilidad se reforzará pronto con la instalación de señales en el centro de la ciudad.
Esta dinámica pareja tiene muchas otras ideas en mente, como desarrollar un local de convivencia con un bar de vinos. Mientras tanto, desean continuar sus jornadas o veladas de convivencia en torno al vino. Estos momentos son una oportunidad para estrechar lazos con productores y clientes. Autenticidad, proximidad, intercambio, descubrimiento, asesoramiento y humanidad son los principios rectores del futuro.
Más información: https://www.facebook.com/lecelliersaintaffricain